
Los programas post-estudios: un factor clave para la atracción de talento internacional
Las oportunidades laborales después de la graduación son un criterio decisivo a la hora de elegir un destino de estudios. ¿Qué ofrecen los principales países receptores en este ámbito? ¿En qué posición se encuentra Francia en comparación con otros países europeos y de la OCDE? ¿Qué deben tener en cuenta los empleadores que desean contratar a graduados internacionales? Campus France publica una nueva nota informativa "Brève" que compara las condiciones de estancia post-estudios para estudiantes internacionales graduados en los principales destinos académicos.

Este informe analiza las medidas implementadas en los ocho principales países que reciben estudiantes internacionales con fines de titulación[1]. Primero se examina el caso de los países fuera de la Unión Europea, cada uno con su propia normativa, y luego se analizan los Estados miembros de la UE, que aplican una legislación común con adaptaciones a nivel nacional.
Fuerte crecimiento de la movilidad estudiantil
La movilidad internacional de estudiantes ha crecido de forma sostenida. Entre 2012 y 2022, el número de estudiantes en movilidad con fines de titulación aumentó un 68%[2]. Una vez terminados sus estudios, muchos desean adquirir experiencia laboral en el país de acogida, con el fin de mejorar su empleabilidad y consolidar una carrera internacional.
Para los países receptores, estos graduados representan una valiosa reserva de talento cualificado que puede cubrir necesidades del mercado laboral. Además, en el ámbito de la investigación, su presencia fortalece la cooperación científica y tecnológica.
Crece el interés por los graduados internacionales
Ante el envejecimiento de la población, muchos de los grandes países receptores ven en los estudiantes internacionales una solución a sus desafíos de escasez de mano de obra. Durante la última década, estos países han adoptado políticas para atraer nuevos estudiantes y facilitar la permanencia de quienes desean quedarse tras completar sus estudios.
Las cifras de la OCDE reflejan que las tasas de retención de estudiantes internacionales son más altas entre las cohortes recientes, gracias a medidas estatales que promueven su integración laboral.

La Unión Europea apuesta por la movilidad
Ante un nivel históricamente bajo de desempleo, un alto número de vacantes y un descenso demográfico, la Comisión Europea emitió en noviembre de 2023 una serie de recomendaciones para abordar la escasez de competencias dentro de la UE. Entre ellas, se encuentra el objetivo de que para 2030, al menos el 25% de los jóvenes europeos graduados hayan vivido una experiencia de movilidad internacional.
El Informe Draghi, encargado por la Comisión Europea en noviembre de 2024, también subraya la falta de personal cualificado en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, y alerta sobre un posible agravamiento de esta situación en el futuro.
Las condiciones post-estudios, un factor determinante
Aunque Europa sigue siendo el principal destino de los estudiantes internacionales, todavía tiene dificultades para retener a un número suficiente de graduados que respondan a las necesidades del mercado laboral cualificado. Las condiciones de estancia después de los estudios varían entre países y tienen un impacto significativo en las decisiones de los estudiantes.
Encuestas revelan que, dependiendo del país, entre el 47% y el 76% de los estudiantes internacionales consideran fundamental la posibilidad de trabajar tras graduarse a la hora de elegir su destino académico.
El tiempo de permanencia post-estudios: una herramienta clave
Con excepción de Turquía, todos los ocho principales destinos académicos del mundo ofrecen algún tipo de permiso para que los estudiantes internacionales permanezcan en el país tras graduarse y busquen empleo.
La duración de estas estancias varía entre países, pero va desde 6 meses hasta 3 años[3].
Estas medidas permiten que los países retengan a sus graduados y los integren en su fuerza laboral.
En promedio, entre estos ocho países, la duración teórica máxima del permiso post-estudios es de 22,5 meses[4]. En los seis países occidentales del grupo, esta media asciende a 29 meses.
Los países anglosajones destacan por su apertura, con autorizaciones de hasta 36 meses en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá. Sin embargo, estos beneficios suelen depender del nivel del título obtenido y, en algunos casos, del campo de estudio.
En la Unión Europea, la legislación comunitaria establece un mínimo obligatorio de 9 meses de estancia post-titulación, aunque los Estados miembros pueden ampliarlo[4]. Por ejemplo, Estonia no impone un límite de duración, permitiendo a los estudiantes quedarse indefinidamente tras su graduación. Finlandia, Irlanda y Alemania son los países europeos con las estancias post-estudios más largas, ofreciendo 24 y 18 meses, respectivamente. Francia permite a los graduados permanecer hasta 12 meses para buscar empleo o crear una empresa.
Cuanto más flexible es la normativa de permanencia post-estudios, mayores son las tasas de retención. Los países con mayores índices de retención dentro de la OCDE (como Canadá, Alemania y Australia) ofrecen permisos de al menos 18 meses.
Existe también una correlación positiva entre la duración del permiso post-estudios y el número de estudiantes internacionales recibidos, aunque no es el único factor que influye en la atracción de talento.

[1] Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Australia, Rusia, Canadá, Francia y Turquía.
[2] Instituto de Estadística de la Unesco, octubre de 2024.
[3] Seis meses en Rusia; sin programa post-estudios en Turquía.
[4] Artículo 25 de la Directiva Europea 2016/801.
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